Cuando la caída del Muro de
Berlín, los EE UU y Europa dieron por sentado que ya tenían puertas abiertas
más allá del Danubio e incluso de los Urales, para extender hacia el Este el
imperialismo rugiente del primero y el oxidado de los segundos, e ir cercando
al Dragón chino con el apoyo del otro ex Imperio, el del Sol Naciente. El mismo
de Hiroshima y Nagasaki… y de Fukushima.
Así pareció durante algunos
años, cuando el buen sentido, pausado pero seguro, de Gorvachov, fue
despreciado por Occidente, que impuso la occidentalización, desmembración y
balkanización inmediata de la Unión Soviética para intentar llevar sus Marines
y su Democraci(t)a al Oriente Medio primero, y luego a las ex repúblicas soviéticas.
Un pastel muy jugoso para las ambiciones imperialistas de la Casa Blanca, Wall
Street y la City, pero muy grueso de tragar para la mediocridad de sus líderes
y clases dirigentes, que lo mejor que saben hacer es “negocios”.
Todo parecía irles bien a los tan
democráticos líderes. El dipsómano Yeltsin, acuciado por Occidente, entregó
Rusia desde 1991 a las mafias surgidas a la caída del Muro, que aprovecharon la
rifa de las Empresas del Estado para repartirse los escombros del desastre,
algunos, como el gas y el petróleo, sumamente valiosos y rentables. Fue el primer
paso a la occidentalización efectiva, a la gringa, con un puntal en las armas,
otro en el dinero y otro en la Mafia.
Pero, de pronto, en 1999,
aparece Vladimir Putin, un oscuro funcionario del viejo régimen, joven y
ambicioso. Y con IDEAS. Muchos cegatones solo vieron al Ex Jefe de la tenebrosa
KGB, que de todos modos ya no era la misma de Stalin, de Kruschev ni de
Breznev. Por cierto, los cegatones olvidaban, y siguen olvidando muy convenientemente
y al toque de trompeta del Imperio, que el primer Bush, el Mediano, también
había sido Gran Jefe de la no menos Tenebrosa CIA… Que, también, ha cambiado:
para empeorar. Sin embargo, como ya se sabe, algo va de VP a GWB…
Así que el nuevo mandatario empezó,
si no a reunir las piezas desmembradas del Imperio Soviético, sí a unir lo que
quedaba de la Madre Rusia, y a evitar que se siguiera desmoronando. ¿Cómo?
Siendo Estadista, no simple mandatario de quitar y poner o de “alternar”, sino
Presidente, Primer Ministro y luego de nuevo Presidente, en elecciones libres
universales: Un Estadista.
Putin consolidó lo que
quedaba, que de todos modos era media Europa y media Asia, del Báltico, Ucrania
y Crimea a Vladivostok y Kamchatca en el lejano Pacífico. Un pedazo
de planeta duro de tragar para el glotón y voraz Occidente, que se indigestó al
primer bocado, Ucrania, que no ha podido digerir, y se atragantó al segundo
mordisco, Crimea, que no pudieron deglutir: tenía dueño.
Y hoy, Rusia es lo que es y es
lo que parece: una de las 3 potencias mundiales, una de ellas en decadencia
irreversible, EE UU, otra en ascenso incontenible, China, y ella misma
consolidándose como defensora de la libertad y autonomía de las naciones, como una verdadera democracia Participativa que ve con respeto al resto del Mundo, y sobre todo a Europa Este, América Latina y África, los "Olvidados" del Imperio de las barras y las estrellas, excepto para expoliarlos y controlarlos. Algo aún inconcebible para los críticos
occidentales que siguen con los ojos nublados por el fantasma del Comunismo y
los recuerdos de la Revolución de Octubre, que en Rusia son apenas una lección
de la historia. "No nos interesa invadir a ningún país ni tener bases
militares fuera de nuestro territorio", ha dicho con claridad meridiana Vladimir
Putin al mundo. Frase que ha repetido, desde su propio camino en ascenso, el
Primer Ministro Chino.
Gran contraste con la
geopolítica invasiva e invasora de los EE UU, con sus más de 1000 bases
militares en un mundo ajeno que no les pertenece, pero que, gracias al
obsoleto y enmohecido Destino Manifiesto, sigue siendo para Washington la
motivación principal, colgados del infundio inaceptable para el resto del
planeta, de que son el moderno “Pueblo Elegido” por la divinidad para regir
los destinos del… Universo. Sí, del Unvierso, porque hasta más allá de la luna
llegan las absurdas apetencias de la Casa Blanca y el Pentágono.
Ya van 15 años de Vladimir
Putin al frente de la Rusia de Pedro el Grande, de Catalina, de Iván… El viejo
imperio, hoy convertido en Potencia mundial respetuosa de la autodeterminación
de los demás pueblos del planeta. Lo cual me lleva a una pregunta pertinente
para nosotros, tan temerosos y cuidadosos del Remedo de Democracia que tenemos
aún:
Qué es mejor y qué es lo que más conviene, ¿La alternabilidad seudo democrática que solo sirve para tener una
payasada electoral cada 4 años con cambio de títere, o la ESTABILIDAD POLÍTICA,
ECONÓMICA Y SOCIAL que puede construir un Estadista de verdad, si nos atrevemos
a trabajar y a dejar trabajar para el futuro?
Este es un brochazo rápido
cobre un personaje que se consolida como el Primer Estadista del planeta, y que
tiene mucho por decir, y por hacer, en el futuro inmediato. Brochazo que será
el primer borrador de un perfil más ambicioso de Vladimir Putin, que ya
aparecerá en algún medio no dominado por la esclerosis derechosa que hoy
padecemos.
NOTA: Me he permitido utilizar fotos del sitio web RT.
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