sábado, 9 de abril de 2016

Del Gran Hermano al Gran Magnate

Del Gran Hermano al Gran Magnate

En 1931 Aldous Huxley escribía Un Mundo feliz, páginas de pesadilla en las que el autor inglés presentía un mundo futuro dominado por la ciencia y la tecnología, sobre todo por la ingeniería genética que permitiría “fabricar” en laboratorio seres humanos superiores, dominadores el mundo, y otros inferiores, subhumanos, en serie, los futuros esclavos, siervos de la élite al mando.
La pesadilla de Huxley era en cierta medida contrapuesta pero semejante a la de otro inglés, George Orwell, (1984), distopía escrita unos años más tarde y que vaticinaba el arribo de un Estado Totalitario en manos de una burocracia –Ministerios de Control de todo acto humano– que vigilaba hasta los menores gestos individuales. Ambas coincidían en un porvenir horripilante en manos de unos pocos privilegiados, burócratas o científicos. Para ambos autores, el fantasma del Comunismo era una amenaza real contra la Democracia. Pero uxley
Huxley, agudo observador de la realidad, veía en el Capitalismo un sistema codicioso, concentrador de riquezas y depredador de los recursos naturales planetarios, una tragedia humana, soterrada pero eficaz, y publicó en 1960 un corto Opúsculo a su premonitoria novela. Lo llamó Nueva visita a un Mundo Feliz.
En esta especie de ratificación a su obra primigenia, y abandonando la ficción por el ensayo, vaticinaba una nueva y distinta pero semejante pesadilla: la excesiva superpoblación del mundo gracias a los avances de la medicina que habían logrado reducir la mortalidad, y de los estorbos moralistas y religiosos al control de la natalidad, sobrepoblación por otra parte ya evidenciada desde Malthus, especialmente en las naciones atrasadas tecnológica y económicamente E intuía el dominio global de una elite, ya no de científicos ni de burócratas sino de magnates dueños de los Medios de Producción y de Información del planeta, que manejarían y controlarían el mundo y sus riquezas, y manipularían las masas obedientes, sumisas y sacrificables.
Los artistas y los escritores, los intelectuales en suma, suelen prever el futuro de tal manera que el ser humano común y corriente no atina a percibir sino cuando ya está inmerso en la nefasta realidad que aquellos le han dibujado, pero se ha negado a ver. Más o menos como hoy, cuando ciertos sectores de la población latinoamericana se obstinan en el curioso esfuerzo de conspirar contra sí mismos, atacando lo que ingenuamente llaman El Poder, sin percatarse de que ese Poder que atacan con saña, el Poder Político, es apenas la punta del Iceberg, la parte visible del Gran Poder Global. Y, por cierto, quizá el único Poder que puede salvar a la humanidad de la Hecatombe que construye con prisa y sin pausa la Codicia de los poderosos.
Con tan notable cuanto insidioso esfuerzo, nuestros otrora revolucionarios e izquierdistas no hacen otra cosa que colocarse al lado de sus explotadores de siempre y abrirles paso a los pocos y egoístas propietarios del mañana: los dueños del verdadero Poder Global: el Poder Económico Supranacional, aliado casi siempre al Poder religioso monoteísta occidental, judaísmo y cristianismo, que lo convalida y santifica. Y son esos dos poderes, Económico y Religioso, los que ni siquiera se atreven a mencionar en sus maullidos NEDiáticos.
Ya no serán, pues, el Gran Científico, el Gran Burócrata ni el Gran Hermano los dueños del Mundo. Será el Gran Magnate. Mucho más insensible y deshumanizado porque si para aquellos el ser humano tiene relevancia en cuando persona para cuyo beneficio estudian, investigan, administran y trabajan, para los nuevos amos prefigurados por Huxley, ese Ser Humano es sacrificable objeto de uso, abuso y deshecho. Lo es hoy mientras los inocentes (¿?) maulladores claman por un Cambio que no es otra cosa que el retorno a la vieja pero actual explotación del trabajo por el capital.
Copio un fragmento del ensayo de Huxley, Nueva Visita a un Mundo Feliz (Seix Barral, 1984, pp. 34, 35). Esto es lo que nuestros Higiénicos vienen construyendo con ceguera de topo.

 “Muchos historiadores, sociólogos y psicólogos han escrito largo y tendido y con honda preocupación acerca del precio que el hombre occidental ha tenido que pagar y tendrá que seguir pagando por el progreso tecnológico. Señalan, por ejemplo, que la democracia difícilmente puede florecer en sociedades donde el poder político y económico se concentra y centraliza progresivamente. Y he aquí que el progreso de la tecnología ha llevado y sigue llevando todavía a esa concentración y centralización del poder. A medida que la maquinaria de la producción en masa se hace más eficiente, tiende a ser más compleja y más costosa y, por tanto, menos asequible para el hombre de empresa de medios limitados. Además, la producción en masa no puede funcionar sin distribución en rnada porncia capitcionarios pçalista, como la de los Estados Unidos, suele ser boernada porn loque el profesor C. Wright Millsmasa, y esta plantea problemas que sólo los más grandes productores pueden resolver satisfactoriamente. (1).
l, ﷽﷽﷽﷽﷽﷽﷽pacioçnrganizacion que tiene al ser humano a temido y dneostado por Huxley, ado de sus expltoadorews de siempre, MillsEn un mundo de producción en masa y distribución en masa, el Hombre Modesto, con su insuficiente capital, está en seria desventaja. En la competencia con el Hombre Poderoso, pierde su dinero y finalmente su misma existencia como productor independiente; el Hombre Poderoso se lo ha tragado. A medida que los Hombres Modestos desaparecen, un número de hombres cada vez más reducido manera un poder económico cada vez mayor.
”Bajo una Dictadura, la Gran Empresa, hecha posible por el avance de la tecnología y la consiguiente ruina de la Pequeña Empresa, suele ser gobernada por el Estado, es decir, por un reducido grupo de jefes de partido y los soldados, policías y funcionarios públicos que cumplen sus órdenes. En una democracia capitalista, como la de los E.E.U.U., suele ser gobernada por lo que el profesor C. Wright Mills ha llamado la Élite del Poder. Esta Élite del Poder procura directamente ocupación en sus fábricas, oficinas y comercios a varios millones de los trabajadores del país, domina a muchos millones más prestándoles dinero para comprar lo que produce y, como dueña de los medios de comunicación, influye en el pensar, en el sentir y en el obrar de virtualmente todo el mundo. Parodiando la frase de Winston Churchill, podríamos decir que nunca tantos han sido tan manipulados por tan pocos”.

Huxley temía que La Gran Empresa manejada por el Estado, convirtiera al ser humano en un eslabón atado a la cadena de trabajo dirigida por la Burocracia. Sin embargo, para el Estado Administrador, a pesar de la supuesta, magnificada o real indolencia corrupta de su burocracia, el ser humano no pierde su calidad de tal y, aunque sea de manera ineficiente, es sujeto de preocupación y de acciones favorables que lo mantengan uncido al trabajo colectivo. Para el Gran Magnate, para el Capitalismo Salvaje, el ser humano es apenas una prescindible tuerca en el engranaje gigantesco de explotación y servidumbre, no sólo reemplazable sino que ese es el destino que conviene para la productividad: que la tuerca gastada sea remplazada por una nueva que mantenga el ritmo productivo. ¿La vieja? A la basura… O a la jubilación precaria y humillante.
¿O ya olvidamos las 700 humildes mujeres que por un dólar diario de salario miserable trabajaban en Bangladesh para las “Grandes Fábricas del saber occidental” en un edificio en ruinas que les cayó encima y les causó la muerte sin que a los Grandes Magnates de la Moda se les moviera una ceja?
Parecería preferible, simplemente por instinto de conservación, que al menos en la explotación y administración de los Recursos Naturales de nuestras naciones, fuera el Estado Burocrático el Gran Empleador, y no el codicioso Gran Magnate para quien el ser humano no vale ni siquiera el esfuerzo de reparar una estructura o subvencionar las víctimas de su desidia criminal. Porque no creo que las víctimas de Bangladesh hayan tenido Seguro de Vida. Pero las máquinas y el ruinoso edificio, seguramente sí… 



1) La Economía de Escala solo es posible para los que pueden, porque tienen.

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