sábado, 16 de abril de 2016

Aquellos "Días de radio"

A propósito de Frecuencias y otras yerbas…

El martes de la semana que pasó, compartí en el IAEN un diálogo sobre la iniciativa estatal –Gobierno y Asamblea– de llamar a concurso público y abierto para conceder licencias radiales y de TV, bajo la premisa ya resuelta de 33% para concesionarios privados, 33% para el Estado y 34% para uso comunitario.
Intervinimos el Moderador Patricio Jarrín, el ex Embajador en México Francisco Herrera Aráuz, hoy de nuevo en la Radio, dos radiodifusores de emisoras comunitarias en Tulcán y en Santo Domingo de los Tsáchilas, y yo en calidad de Periodista con larga data en Ecuador y algunas intentonas en la Radio. Una de ellas en Radio la Luna, en tiempos de Luis Dávila, en un programa sabatino de 2 horas en el que conversábamos de lo humano y lo divino, pero sobre todo de arte y literatura, con invitados como Abdón Ubidia, entre otros.
 Duró mientras estuvo Lucho Dávila al frente de la emisora. Fue retirado del aire (no cobraba un real, por si alguien se inquieta por ello) porque el conductor y los invitados hablábamos mucho de “esas cosas culturales”, lo cual es cierto: de eso se trataba, según creí. Pero el nuevo Director era de otro parecer. Que dicho Director haya llegado a ser Ministro de Cultura después de la inefable Ministra Descolonizadora, es lo que yo suelo llamar “una feliz coincidencia”. Siempre se puede empeorar…
Empero, el programa me sirvió, el año que estuvo al aire, para la nostalgia: recordé cuando a los 14 años tuve un espacio en la radio municipal de mi pueblo, que trasmitía al público en vivo y en directo los domingos desde los altavoces del Teatro Santander, y en el cual espacio, también, hablaba mucho. Mucho y de todo. Y no es que tuviera corresponsales en el ancho mundo, y ni siquiera amigos chismosos en la capital, sino que me limitaba a leer, y a comentar (¡ya “o(s)pinaba!) las noticias que leía en los dos diarios que llegaban al pueblo.
Mi abuelo era asiduo lector de El Tiempo –liberal– y El Siglo ­–conservador–, ambos de Bogotá. El Tiempo no circulaba mucho y la dueña de la librería, la Señorita Elvira, se extrañaba de que mi abuelo comprara todos los días el Gran Diario Liberal. Que comprase El Siglo era natural pues se trataba del periódico godo, fundado por Laureano Gómez, el Gran Gurú de la godarria, y para los miembros de la azul y devota cofradía, casi todo el pueblo, era La Biblia.
Así que El Tiempo les llegaba a mi abuelo, conservador de raca mandaca, y a los jefes de las 5 familias liberales, para desconcierto de beatas y reconcomios del cura, el Padre Manuel Salvador Cano J. Nada que ver con mi abuelo, gracias sean dadas a quien sea. En todo caso el Cura no miraba el asunto con agrado. Eran los viejos tiempos en que los pocos liberales, esos “hijos de Satán”, oían la misa desde el atrio porque les estaba prohibido entrar a la iglesia.  En la política nacional, El Tiempo y El Siglo sugerían un par de nombres para el Presidente de turno, el Club Unión de Medellín ratificaba a uno de ellos, y Monseñor Miguel Ángel Builes, desde Santa Rosa de Osos (cuna del poeta Porfirio Barba Jacob, cosa que seguramente no aprobaba Monseñor), le daba el Imprimatur. Luego la gente votaba pero eso es lo de menos… 
También leía con regocijo y muchas ganas de aprender a escribir así, las crónicas que sobre el mejor fútbol del mundo, el argentino por supuesto, escribían para El Gráfico (le llegaba semanalmente al padre de un amigo), los inolvidables Frascara, Borocotó, Juvenal, Ernesto Lazzati y otros de igual nivel. Una hora antes de la función nocturna del teatro a las 9 pm., yo me divertía leyendo noticias del día… anterior, y rememorando los goles de Pedernera, Distéfano, Ferreyra, De La Matta, Perucca, Rossi, Labruna, Moreno y otros genios del fútbol rioplatense.
Y, claro, como ayer en La Luna y hoy en donde sea, hablaba mucho. Pero como el dueño de la Radio y del Teatro era un amigo, me aguantaron hasta que me aburrí de perorar dominicalmente, y me dediqué a estudiar y a otras cosas posiblemente menos confesables.
Pero vamos al tema del panel, la concesión de frecuencias en los porcentajes dichos arriba, algo inédito en un país en donde las frecuencias de radio y televisión han estado siempre en manos de quienes han tenido dinero o influencias para hacérselas otorgar por la Entidad del caso en el Gobierno de turno.
Hoy, en buena hora, las frecuencias se otorgan democráticamente, aunque se comentan errores. Lo cual no me parece del todo mal: metiendo la pata al comienzo es como se aprende a hacer las cosas bien. El Arte de Gobernar es como la vocación de Periodista o como la sana costumbre de montar en bicicleta: se aprende escribiendo y montando… No se estudia para gobernar ni para ser padre o madre: se aprende sobre la marcha y, por supuesto, a ratos se hace mal lo que se quiere hacer bien. Pero, también sobre la marcha, se puede CORREGIR EL RUMBO…
De modo que el Estado y los funcionarios a cargo, deberán ir corrigiendo errores a medida que se otorguen las frecuencias, sobre todo las comunitarias, en lo cual no hay ninguna experiencia en el país: ni de las Comunidades solicitantes ni de la burocracia que las otorgará. Los concesionarios privados, según las bases del Concurso, deberán ser personas o empresas vinculadas al periodismo radial o televisivo, en lo posible, aunque eso no es tan fácil porque el asunto es costoso y no cualquiera tiene el dinero suficiente para una estación de radio, y menos para un periódico o un canal de teve.
 En cuanto al Estado, me parece excelente que Gobierno, Asamblea, Poder Judicial, Provincias, Cantones y Parroquias, tengan medios de comunicación oficiales, y no sólo radiales. También escritos y televisivos si ello es posible. La Información, como la Salud y la Educación, son DERECHOS CIUDADANOS, SERVICIOS PÚBLICOS. Y si bien es imposible en nuestro Sistema Político que solo sean eso, Derecho y Servicio, y también deban ser negocio, no por ello el negocio tiene el derecho de satanizar que los preste el Estado. Esa ES SU OBLIGACIÓN: velar por la salud, la educación y la información de la comunidad. Porque cuando la Salud, la Educación y la Información son solo NEGOCIO, el pueblo pobre se muere sin atención médica, la gente pobre a duras penas llega a la Primaria y la ciudadanía de a pie sólo se entera de lo que les conviene que se sepa a los dueños del Poder Económico, que han sido siempre los dueños del Poder Político. Y eso es y puede ser cualquier cosa, menos DEMOCRACIA.
Y llamo de nuevo en mi auxilio a Aldous Huxley. Escribía en 1955, no lejos de la amenaza del recién derrotado fascismo y frente al enorme Poder que ya ejercían los EE. UU. en el planeta, quitando gobiernos y poniendo dictadores a su antojo. Y recordando las gracias que ya hacían en el periodismo norteamericano Joseph Pulitzer y Randolph Hearst: “Usted organice el atentado que yo le vendo al pueblo la guerra contra España”, le dijo uno de ellos al Presidente del Imperio a inicios del Siglo XX, y se adueñaron de Cuba, atentado mediante, en un periquete. Cito:

“A medida que el arte y la ciencia de la manipulación sean mejor comprendidos, los dictadores (e interesados magnates mediáticos coludidos con políticos, digo yo) del futuro, ­irán aprendiendo sin duda a combinar estas técnicas con las distracciones ininterrumpidas que, en el Oeste, amenazan con ahogar en un mar de cosas fuera de propósito la información racional que es esencial para el mantenimiento de la libertad individual y la supervivencia de las instituciones democráticas”.

Es por eso que los dueños de la DesInformación nos confunden directamente con farándula o farandulizando la política, mientras nos venden a los Macri, a los Cunhas, a los Rajoy, a los Peñas Nieto y a los que sean necesarios para mantener o reconquistar el Poder.
De todos modos, al parecer se trata de hacer las cosas bien y dando oportunidad a los marginados de siempre, comunidades y poblaciones rurales, para que puedan expresar sus inquietudes y opiniones. Y si alguien sabe que se conceden, como antes, licencias a dedo o se favorezca con ellas a los “amigos del Gobierno”, lo que se impone es ser buenos ciudadanos, denunciarlo con pruebas en la mano, y frenar a los corruptos de lado y lado. La chismografía de plaza de mercado, las consejas de costurero o las confidencias de SPA, no deben tener cabida en una sociedad responsable y ética.
Porque cuando hay alguien que se corrompe por dinero es porque alguien le ofrece dinero para corromperlo… 

Algo así fue lo que dije en el Conversatorio aquél. Lo ratifico aquí.

sábado, 9 de abril de 2016

Del Gran Hermano al Gran Magnate

Del Gran Hermano al Gran Magnate

En 1931 Aldous Huxley escribía Un Mundo feliz, páginas de pesadilla en las que el autor inglés presentía un mundo futuro dominado por la ciencia y la tecnología, sobre todo por la ingeniería genética que permitiría “fabricar” en laboratorio seres humanos superiores, dominadores el mundo, y otros inferiores, subhumanos, en serie, los futuros esclavos, siervos de la élite al mando.
La pesadilla de Huxley era en cierta medida contrapuesta pero semejante a la de otro inglés, George Orwell, (1984), distopía escrita unos años más tarde y que vaticinaba el arribo de un Estado Totalitario en manos de una burocracia –Ministerios de Control de todo acto humano– que vigilaba hasta los menores gestos individuales. Ambas coincidían en un porvenir horripilante en manos de unos pocos privilegiados, burócratas o científicos. Para ambos autores, el fantasma del Comunismo era una amenaza real contra la Democracia. Pero uxley
Huxley, agudo observador de la realidad, veía en el Capitalismo un sistema codicioso, concentrador de riquezas y depredador de los recursos naturales planetarios, una tragedia humana, soterrada pero eficaz, y publicó en 1960 un corto Opúsculo a su premonitoria novela. Lo llamó Nueva visita a un Mundo Feliz.
En esta especie de ratificación a su obra primigenia, y abandonando la ficción por el ensayo, vaticinaba una nueva y distinta pero semejante pesadilla: la excesiva superpoblación del mundo gracias a los avances de la medicina que habían logrado reducir la mortalidad, y de los estorbos moralistas y religiosos al control de la natalidad, sobrepoblación por otra parte ya evidenciada desde Malthus, especialmente en las naciones atrasadas tecnológica y económicamente E intuía el dominio global de una elite, ya no de científicos ni de burócratas sino de magnates dueños de los Medios de Producción y de Información del planeta, que manejarían y controlarían el mundo y sus riquezas, y manipularían las masas obedientes, sumisas y sacrificables.
Los artistas y los escritores, los intelectuales en suma, suelen prever el futuro de tal manera que el ser humano común y corriente no atina a percibir sino cuando ya está inmerso en la nefasta realidad que aquellos le han dibujado, pero se ha negado a ver. Más o menos como hoy, cuando ciertos sectores de la población latinoamericana se obstinan en el curioso esfuerzo de conspirar contra sí mismos, atacando lo que ingenuamente llaman El Poder, sin percatarse de que ese Poder que atacan con saña, el Poder Político, es apenas la punta del Iceberg, la parte visible del Gran Poder Global. Y, por cierto, quizá el único Poder que puede salvar a la humanidad de la Hecatombe que construye con prisa y sin pausa la Codicia de los poderosos.
Con tan notable cuanto insidioso esfuerzo, nuestros otrora revolucionarios e izquierdistas no hacen otra cosa que colocarse al lado de sus explotadores de siempre y abrirles paso a los pocos y egoístas propietarios del mañana: los dueños del verdadero Poder Global: el Poder Económico Supranacional, aliado casi siempre al Poder religioso monoteísta occidental, judaísmo y cristianismo, que lo convalida y santifica. Y son esos dos poderes, Económico y Religioso, los que ni siquiera se atreven a mencionar en sus maullidos NEDiáticos.
Ya no serán, pues, el Gran Científico, el Gran Burócrata ni el Gran Hermano los dueños del Mundo. Será el Gran Magnate. Mucho más insensible y deshumanizado porque si para aquellos el ser humano tiene relevancia en cuando persona para cuyo beneficio estudian, investigan, administran y trabajan, para los nuevos amos prefigurados por Huxley, ese Ser Humano es sacrificable objeto de uso, abuso y deshecho. Lo es hoy mientras los inocentes (¿?) maulladores claman por un Cambio que no es otra cosa que el retorno a la vieja pero actual explotación del trabajo por el capital.
Copio un fragmento del ensayo de Huxley, Nueva Visita a un Mundo Feliz (Seix Barral, 1984, pp. 34, 35). Esto es lo que nuestros Higiénicos vienen construyendo con ceguera de topo.

 “Muchos historiadores, sociólogos y psicólogos han escrito largo y tendido y con honda preocupación acerca del precio que el hombre occidental ha tenido que pagar y tendrá que seguir pagando por el progreso tecnológico. Señalan, por ejemplo, que la democracia difícilmente puede florecer en sociedades donde el poder político y económico se concentra y centraliza progresivamente. Y he aquí que el progreso de la tecnología ha llevado y sigue llevando todavía a esa concentración y centralización del poder. A medida que la maquinaria de la producción en masa se hace más eficiente, tiende a ser más compleja y más costosa y, por tanto, menos asequible para el hombre de empresa de medios limitados. Además, la producción en masa no puede funcionar sin distribución en rnada porncia capitcionarios pçalista, como la de los Estados Unidos, suele ser boernada porn loque el profesor C. Wright Millsmasa, y esta plantea problemas que sólo los más grandes productores pueden resolver satisfactoriamente. (1).
l, ﷽﷽﷽﷽﷽﷽﷽pacioçnrganizacion que tiene al ser humano a temido y dneostado por Huxley, ado de sus expltoadorews de siempre, MillsEn un mundo de producción en masa y distribución en masa, el Hombre Modesto, con su insuficiente capital, está en seria desventaja. En la competencia con el Hombre Poderoso, pierde su dinero y finalmente su misma existencia como productor independiente; el Hombre Poderoso se lo ha tragado. A medida que los Hombres Modestos desaparecen, un número de hombres cada vez más reducido manera un poder económico cada vez mayor.
”Bajo una Dictadura, la Gran Empresa, hecha posible por el avance de la tecnología y la consiguiente ruina de la Pequeña Empresa, suele ser gobernada por el Estado, es decir, por un reducido grupo de jefes de partido y los soldados, policías y funcionarios públicos que cumplen sus órdenes. En una democracia capitalista, como la de los E.E.U.U., suele ser gobernada por lo que el profesor C. Wright Mills ha llamado la Élite del Poder. Esta Élite del Poder procura directamente ocupación en sus fábricas, oficinas y comercios a varios millones de los trabajadores del país, domina a muchos millones más prestándoles dinero para comprar lo que produce y, como dueña de los medios de comunicación, influye en el pensar, en el sentir y en el obrar de virtualmente todo el mundo. Parodiando la frase de Winston Churchill, podríamos decir que nunca tantos han sido tan manipulados por tan pocos”.

Huxley temía que La Gran Empresa manejada por el Estado, convirtiera al ser humano en un eslabón atado a la cadena de trabajo dirigida por la Burocracia. Sin embargo, para el Estado Administrador, a pesar de la supuesta, magnificada o real indolencia corrupta de su burocracia, el ser humano no pierde su calidad de tal y, aunque sea de manera ineficiente, es sujeto de preocupación y de acciones favorables que lo mantengan uncido al trabajo colectivo. Para el Gran Magnate, para el Capitalismo Salvaje, el ser humano es apenas una prescindible tuerca en el engranaje gigantesco de explotación y servidumbre, no sólo reemplazable sino que ese es el destino que conviene para la productividad: que la tuerca gastada sea remplazada por una nueva que mantenga el ritmo productivo. ¿La vieja? A la basura… O a la jubilación precaria y humillante.
¿O ya olvidamos las 700 humildes mujeres que por un dólar diario de salario miserable trabajaban en Bangladesh para las “Grandes Fábricas del saber occidental” en un edificio en ruinas que les cayó encima y les causó la muerte sin que a los Grandes Magnates de la Moda se les moviera una ceja?
Parecería preferible, simplemente por instinto de conservación, que al menos en la explotación y administración de los Recursos Naturales de nuestras naciones, fuera el Estado Burocrático el Gran Empleador, y no el codicioso Gran Magnate para quien el ser humano no vale ni siquiera el esfuerzo de reparar una estructura o subvencionar las víctimas de su desidia criminal. Porque no creo que las víctimas de Bangladesh hayan tenido Seguro de Vida. Pero las máquinas y el ruinoso edificio, seguramente sí… 



1) La Economía de Escala solo es posible para los que pueden, porque tienen.

martes, 5 de abril de 2016

DE LOS PAPELES DE PANAMÁ…

El último escándalo mediático, que opaca, deliberadamente o no, otros temas de importancia mundial, son los llamados “Papeles de Panamá”, que “ponen al descubierto”, como si no se supiera desde hace mucho, los tortuosos caminos de muchas inversiones financieras mundiales, destinadas tanto a “ahorrar para el mañana” cuando a constituir Empresas de papel con fondos de orígenes oscuros, en la mayoría de los casos, o para esconderlos con el afán de eludir y evadir impuestos en los países en los cuales esas riquezas se han acumulado gracias al esfuerzo de miles de trabajadores cuyos salarios ni siquiera alcanzan para medio vivir.
No pude evitar recordar haber leído que, ante una pregunta (im)pertinente, un de los grandes magnates de los EE UU, esos famosos “Creadores de Riqueza”, dijo a comienzos del Siglo XX: Mi primera preocupación es ver la manera de no pagar impuestos. Mas o menos porque cito de memoria, pero, como dijo el Chavo, “Por ahí es la cosa”.
No es en el colchón o en la alcancía de la abuela en donde se guardan –o se invierten para pasarlos por las lavanderías del caso– los enormes recursos de los más sucios negocios de la historia: Trata de blancas, fabricación y venta de armas, prostitución infantil y de adultos y Narcotráfico, quizá el menos inmoral de todos –lo digo en serio– porque envenenarse con nicotina, con alcohol, con maracachafa, con heroína o con ayahuasca, debería ser opción particular de cada quien. Eso hasta se podría llamar “Libre desarrollo de la personalidad”. Pregúntenle, si pueden, a William Burroughs y a Aldous Huxley, a Scott Fitzgerald o Bukovsky. Y a Freud… Y, en todo caso, es un acto de consecuencias individuales para el consumidor, en primer lugar. No es un alevoso crimen directamente contra otros como los anteriores. ¿O no?
En todo caso, llover sobre ese mojado tiene varias aristas. Una positiva, que es la puesta en escena de la corrupción inherente al capitalismo salvaje, para el cual la acumulación de riquezas bien o mal habidas es una constante que se ejerce desde la Seguridad Jurídica que el Sistema exige precisamente para eso: para acumular, no para crecer sosteniblemente y menos para el progreso y el desarrollo de los pueblos, cosa que no importa un ardite al Capital trasnacional o nacional.
         Y una negativa que es la mencionada en principio: destapar esa archiconocida olla podrida justamente cuando el escándalo de la complicidad de Occidente con el Terrorismo Internacional desestabilizador de naciones y estados “díscolos”, parecía mojar Primera Plana a instancias principalmente de Rusia, el Enemigo por Antonomasia. Es curioso –y bastante impúdico– que una de las primeras fotos en tamaño grande que salieron a relucir con ocasión de este Destape Teledirigido, haya sido la del Presidente Putin, que NO APARECE MENCIONADO, al menos hasta ahora y ya lo hubieran hecho con gusto los “higiénicos” descubridores del agua tibia si estuviese involucrado, en los ya famosos pero viejos Papeles.
         Otro caso curioso es que uno de los pocos países no mencionados en el Informe sea EE UU, justamente la sede de los posmodernos Paraísos Fiscales que, al parecer, no quieren competencia. Aunque Panamá sea desde 1903 algo así como el basurero del Patio Trasero, dicho sea metafóricamente. Nunca ha dejado de ser una Zona Franca con Obispo. De todos es sabido que, entre otros, son Paraísos Fiscales internos los Estados de Nevada, Delaware y Woyming, para no mencionar Wall Street, en donde son expertos en fabricar y esconder fortunas y en la “Producción” de Papeles con valor Nominal pero sin valor ni respaldo efectivos. ¿Para qué sirve, pues, la Reserva Federal… Privada?
         De todos modos, sería moralmente necesario y políticamente conveniente –no he revisado ni la prensa de ayer ni el FB de hoy– no empezar desde ya a esparcir bosta con ventilador mientras no se realicen algunas investigaciones pertinentes y necesarias que, ojalá, no se diluyan como humo al viento. El ejemplo Putin parece aleccionador en estos momentos, a no ser que mañana o pasado los “descubridores” aparezcan con la Prueba Reina de su participación en esta Feria de la Codicia. Y no sería nada raro que algún “higiénico” escarbador de basura esté tratando de encontrar en casa la conveniente “caquita de mosca” para presentarla como plasta de elefante.
         Y por lo demás, los Paraísos Fiscales existen porque los “creadores por generación espontánea” de grandes pero legales fortunas, los necesitan para sus “ahorros” libres de impuestos, y los exitosos creadores de las “multinacionales del crimen” mencionadas arriba, para lavar y desinfectar sus sucios ingresos.

Por cierto, si se abren cuentas Off Shore en Paraísos Fiscales, ocurre como con los helados, ¿no Presidente Macri?: uno los compra para comérseles…

sábado, 2 de abril de 2016

RESPUESTA A DON NELSON MALDONADO

Releyendo mi texto y los de mi crítico, y los de tantos lectores que los han comentado, recuerdo una anécdota wildeana.
Estrenaba Wilde una de sus obras en un teatro londinense, con clamoroso éxito. Al salir, lo abordó el Marqués de Queensberry, padre de Lord Douglas, amante de Wilde, a quien por ello odiaba el Marqués. Y le espeta ﷽﷽﷽﷽﷽﷽﷽﷽ hacer ustsed y yo solos ante esa multitud que aplaud es que han comentado los texrtos de entrambos, recuerdo una anadó ante la gente que salía.
“A mí no me gustó su obra señor Wilde”. Y este le contestó:
“A mí tampoco, Marqués, pero, ¿qua ﷽﷽﷽﷽﷽﷽﷽﷽ hacer ustsed y yo solos ante esa multitud que aplaud es que han comentado los texrtos de entrambos, recuerdo una anadé podemos hacer usted y yo solos ante esa multitud que aplaudía frenéticamente”?

Por interferencias en la cobertura de Movistar, los últimos dos meses me han sido irregulares en el servicio Internet. Francamente, malo. Y peor en las últimas semanas. Por eso no pude esta semana referirme al texto de don Nelson que antecede a este comentario, cuya lucidez y generosidad sin duda merecían una respuesta analizada y pensada que no cayera en lo que Umberto Eco dijo de las redes sociales: que le han dado voz al tonto del pueblo.
Alude don Nelson a mi presencia “descuidada y sucia” en un set de televisión, así como a mi participación insegura y dubitativa en los temas tratados; acusa que un comentario en Mi Muro, con referencia a la situación argentina y la censura a Telesur, son una exhibición de odio y mis frases un reguero de veneno. También dice, en otro momento, que “no tengo derecho a meterme con Quito ni con Cumbayá” (Cumbayork) en razón de que soy extranjero.
Vamos por partes como Jack el Destripador.

 He revisado mi texto y recordado mi presencia en algunos programas políticos en la televisión. Y debo reconocer que no me animo a disfrazarme de lo que no soy para acudir a un set. Quienes me conocen saben que no soy bueno para la afectación ni para la elegancia de corbata y traje de 3 piezas, y que así disfrazado, en lugar de parecer Ejecutivo, que no soy, parecería petimetre falso y artificioso. No me agrada esa imagen. Soy como soy y como he sido siempre: sencillo en el vestir tanto como en el decir, creo yo, salvo mejores opiniones. El remilgo verbal no me sienta, ni la afectación de la ropa elegante, que a otros les queda perfecta.
En cuanto al calificativo de “sucia” a mi apariencia, quizá sean los ojos excesivamente higiénicos y asépticos del señor Maldonado los que ven suciedad en la sencillez, lo cual ya no es cosa mía sino de sus expectativas y costumbres de indumentaria, muy pulidas para las mías. Yo me rijo desde mi niñez por criterios más éticos e intelectuales que por los artificiosos de la estética burguesa o pequeño burguesa. Uso jeans y calzado cómodo mucho antes de que Bill Gates y Steve Jobs les dieran categoría burguesa a tan sencillas prendas. “Remendado mijo, pero limpio”, me encarecía mi abuela. Es que de niño, mis pantalones cortos de entresemana y los largos domingueros, vivían rotos en las rodillas y en el trasero y mi abuela me los remendaba.
 En cuanto al veneno y al odio que según él destilan mis frases y, por lo tanto, mi pensamiento, he revisado el texto objeto de su agudo análisis semántico, y no hallo en él ni lo uno ni lo otro. El texto, que pueden leer al comienzo del Muro, describe la trágica realidad de un país que, luego de algunos años de Gobierno Democrático y respetuoso de esa Democracia, ha caído en manos de un individuo sin más mérito que ser hijo de un acaudalado hombre de negocios, a cuya influencia y poder debe, que no a sus discutibles méritos intelectuales y políticos, haber accedido a la Presidencia, acaballado por una millonaria campaña y el auspicio ilimitado de los medios de prensa privados, que adelantaron una sucia andanada de falsedades contra el régimen derrotado, con el apoyo incondicional de la Embajada, de la Casa Blanca y de lo peor del aparato financiero de Wall Street.
 Pruebas al canto: eliminación de más de 45.000 empleos en apenas 3 meses de ejercicio gubernamental, persecución y cárcel a dirigentes sociales como Milagros Sala, sumiso acatamiento a la ilegal e inmoral deuda con los fondos buitre, que le costará a la Argentina adquirir una deuda de más de 12 mil millones de dólares para “honrar” la deshonrosa deuda, censura a los medios no afines a su política neoliberal depredadora, como la eliminación de la señal de Telesur, que no es un Medio Privado que hace negocios con la noticia y con la información, sino un Medio Público que DEBE ser apoyado por los Estados por la sencilla razón de que la INFORMACIÓN NO ES UN NEGOCIO SINO UN DERECHO DE LA SOCIEDAD. Como la Salud y la Educación, por cierto. La noticia como Mercancía es asunto de Empresarios de Medios Privados, no de verdaderos PERIODISTAS.
  Que esas minucias como el paquetazo ­–ese sí, paquetazo infame– contra las clases menos favorecidas, la corrupta componenda con los sectores más adinerados de la realidad argentina, las argucias informáticas que hicieron posible el triunfo Macrista de la mano del hacker Andrés Sepúlveda en el espionaje a sus rivales y del astuto manejo de su campaña por Jaime Durán Barba, que lo vendió como jabón de olor cuando el aroma es distinto, le parezcan a don Nelson Odio y Veneno, es lamentable desde el punto de vista humano y social, pero comprensible frente a sus expectativas burguesas y su adhesión a los postulados del capitalismo neoliberal depredador.
 Pero tiene algo de razón: odio la miseria que padece más del 50% de la humanidad; me carga la injusticia social; me envenenan la codicia y la avaricia del aparato capitalista y sus administradores y propietarios. Que a mi crítico esas naderías no le conmuevan, es otro asunto y el sabrá cuales son sus razones.
   Yo creo en el equilibrio económico, en la justicia social, en la distribución equitativa de la riqueza, que no se crea por generación espontánea ni por la acción de los apellidos ni por los montos de capital acumulado, sino y principalmente, por el esfuerzo de millones de trabajadores que en su mayoría sobreviven bajo el límite antiético de la pobreza.
Pero entiendo que a los dueños del Capital, a sus administradores y altos ejecutivos (antes de la crisis bancaria el COD de Goldman Sachs ganaba 50 millones de dólares al año, fuera de “Beneficios”, y hoy día entiendo que los sigue ganando, no por trabajar sino por especular e inventar Productos Financieros de Papel), y sobre todo a sus admiradores de Clase Media y aspirantes a tan cómoda situación, tales ingresos les parezcan justos y correctos. A mí eso me parece Obsceno.
Si para mi crítico eso es odio y veneno y resentimiento o complejo como dice su tocayo, pues eso es y lo admito sin reservas. Juzguen los lectores si lo es o es apenas percepción limpia de una realidad trágica y miserable para un pueblo que merece un mejor futuro que regresar a la oprobiosa época de las dictaduras militares genocidas, instauradas con el apoyo de esa misma Derecha que hoy baila al son que les toca Macri, con la Orquesta del Imperio.
¿O eso también será leyenda nacida del veneno y del odio?

En cuanto a que no me meta con Quito, llegué a esta ciudad y la adopté libremente como mía hace 40 años, aquí nacieron dos de mis hijos, aquí he trabajado, amado, disfrutado, farreado y sufrido y en ella pago religiosamente los impuestos que me correspondan. Por eso me meto. Y me seguiré metiendo, alabándola y criticándola, porque aplaudir sus bellezas y criticar sus lacras, es la mejor y única manera de amarla y respetarla.

Disculpen la filípica pero en realidad me envenenan la miseria, injusticia, la ceguera de los satisfechos y la xenofobia. La Patria, decía un viejo maestro, es ese Pedazo de Tierra bajo un Pedazo de Cielo donde se vive y se muere y se merece vivir y morir. Y Ecuador y Quito son la mía por adopción libre y voluntaria, no por accidente biológico de nacimiento. Aunque Colombia lo siga siendo también no sólo por nacimiento sino por ese “cariño que uno les tiene a los zapatos viejos”, como decía el Tuerto López…